Una casona húmeda y gris. La noche. Y el banquete que Marta y Salomé brindan para sus amigos el tercer viernes de cada mes. La ceremonia se confunde con excesos y sombríos rituales. Es un viernes como todos, es cierto, pero es el último. Porque la presencia de tres mujeres irá carcomiendo los pilares de éste imperio hasta vaciar sus entrañas y destruirlo por completo, como una burla, como una lejana venganza postergada en el tiempo.
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